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Picoteo en Sevilla; Tapas, Arte y Momentos para Compartir
Picoteo en Sevilla; Sevilla es una ciudad que se vive en las calles, en las plazas… y, sobre todo, en sus bares. El bullicio del centro histórico, el aroma a especias, los sonidos de risas y copas brindando al atardecer, son parte del alma de esta ciudad cálida y vibrante.
El picoteo en Sevilla no es solo una costumbre gastronómica: es una forma de ser. Tapear aquí no se limita a comer pequeñas raciones; es una experiencia que combina sabor, conversación y conexión. Es un arte social, tan sevillano como el flamenco o la Semana Santa.
Desde una caña bien tirada hasta una tapa de pringá servida con cariño, todo en Sevilla invita a detenerse, mirar alrededor y compartir. El ritmo es pausado, amable. Aquí, cada bocado tiene sentido porque se acompaña de una buena charla o una mirada cómplice.
Salir de picoteo es algo casi ritual. Se empieza sin prisa, se elige con cuidado el primer bar y a partir de ahí se improvisa: una croqueta aquí, un salmorejo allá… y así va transcurriendo la tarde entre tapas, vinos y sorpresas culinarias.
En este artículo te llevamos por los mejores rincones para tapear, desde los lugares de culto para los puristas del jamón ibérico hasta propuestas innovadoras como Wine Gogh, donde el arte, el vino y la gastronomía se funden en una sola experiencia sensorial.
Wine Gogh no es un bar de tapas al uso. Es una forma diferente de vivir el picoteo en Sevilla: mientras pintas tu propio cuadro, degustas tapas pensadas para estimular tanto el gusto como la creatividad. Una cita perfecta para quienes buscan algo más que comer bien.

El alma del picoteo sevillano
Una tradición que nunca pasa de moda
En Sevilla, salir a picar algo es casi una obligación social. Da igual si es mediodía o cae la noche: siempre hay un motivo para disfrutar de unas tapas acompañadas de una cerveza fría, un vino generoso o una copa de manzanilla.
Lo que hace único al tapeo sevillano
Cada tapa cuenta una historia. Desde el montadito de pringá hasta el salmorejo con jamón ibérico, cada bocado es herencia cultural. Pero más allá del sabor, es el ambiente lo que hace que el picoteo en Sevilla sea especial: espontáneo, cálido y siempre compartido.

¿Qué define un buen lugar de picoteo en Sevilla?
Variedad, calidad y ambiente
Un buen bar de tapas no se mide solo por su carta. La calidad del producto, el trato del personal y el ambiente del local son igual de importantes. Los mejores sitios de picoteo en Sevilla combinan todo eso… y más.
Zonas ideales para picar algo
Triana: barrio castizo con alma flamenca.
Santa Cruz: el encanto histórico con patios escondidos.
Alameda de Hércules: moderno, diverso y con ambiente joven.
Arenal y centro: donde la tradición y la vanguardia se encuentran.
Wine Gogh Sevilla: donde el arte se come y se bebe
Una propuesta diferente para tapear con creatividad
Entre las muchas formas de picoteo en Sevilla, hay una que rompe con lo convencional y despierta todos los sentidos: Wine Gogh. Este espacio singular combina gastronomía, arte y vino en una experiencia multisensorial que no deja indiferente a nadie.
Aquí no solo se viene a comer. Se viene a crear, a relajarse y a compartir desde otro lugar. En Wine Gogh, cada copa de vino invita a la inspiración, y cada tapa marida con una emoción. Porque aquí el plato no es el único lienzo.
En un ambiente íntimo, cuidado al detalle y con una atmósfera artística envolvente, los participantes reciben pinceles, pinturas y una guía creativa. No necesitas saber pintar: solo tener ganas de probar algo distinto mientras te dejas llevar por el momento.
Mientras tus manos trazan formas y colores sobre el lienzo, vas descubriendo una cuidada selección de tapas con productos locales. Quesos, embutidos, toques gourmet y sabores mediterráneos que acompañan sin robar protagonismo.

El vino, por supuesto, tiene un papel central. Blancos afrutados, tintos con cuerpo y algunas sorpresas andaluzas conforman una carta pensada para despertar la creatividad. Cada sorbo es una pausa que invita a mirar el cuadro con nuevos ojos.
Wine Gogh es perfecto para un plan en pareja, una tarde con amigos o incluso una actividad de team building diferente. Aquí no hay prisas ni ruido. Solo pinceladas, risas, brindis… y el orgullo de llevarte a casa una obra que tú mismo creaste.
El resultado no es solo un cuadro. Es un recuerdo tangible de una experiencia compartida. Una fusión entre el arte y el tapeo que refleja lo mejor del espíritu sevillano: disfrutar de la vida con todos los sentidos.
Si buscas un picoteo en Sevilla que vaya más allá de la comida, Wine Gogh es tu destino. Un espacio donde cada tapa, cada trazo y cada copa forman parte de un mismo acto creativo. Porque comer también puede ser arte.

¿Qué es exactamente Wine Gogh?
Wine Gogh es una experiencia creativa donde pintura y vino se fusionan. Guiados por artistas, los asistentes dan rienda suelta a su imaginación mientras disfrutan de una selección de tapas y vinos locales. Ideal para parejas, amigos o incluso para team buildings.
Lo que puedes esperar de la experiencia
Una copa de vino en la mano.
Un pincel en la otra.
Una tabla de tapas que combina tradición y diseño.
Y un cuadro que te llevarás como recuerdo.
Todo en un ambiente relajado, divertido y sorprendentemente inspirador. Porque en Wine Gogh, cada mesa es un estudio artístico y cada comida, una obra compartida.
Wine Gogh como plan de picoteo alternativo
Aunque no es un bar al uso, Wine Gogh ofrece una forma de picoteo que apuesta por la experiencia sensorial completa. Es ideal para quienes buscan algo más que una comida rápida: aquí se viene a saborear, a reír y a crear.
Tapas tradicionales que no pueden faltar en tu ruta
Montadito de pringá: el clásico de clásicos
Pequeño, crujiente y cargado de sabor. El montadito de pringá es uno de esos bocados que resumen la esencia sevillana. Se sirve caliente y se come en dos mordiscos… pero se recuerda siempre.
Espinacas con garbanzos
Una tapa humilde pero con alma. Con reminiscencias moriscas, esta receta representa el equilibrio perfecto entre lo nutritivo y lo sabroso. La sirven en muchos bares del centro y Triana.
Salmorejo sevillano
Más denso que el gazpacho y coronado con huevo duro y jamón, el salmorejo es la tapa perfecta para los días de calor. Refrescante, contundente y siempre bien recibida.
Croquetas caseras
De jamón, de puchero o incluso de cola de toro. Las croquetas caseras son imprescindibles en cualquier ruta de picoteo. Su textura cremosa por dentro y crujiente por fuera es casi adictiva.

Bares tradicionales donde el picoteo es religión
Bodega Santa Cruz – Las Columnas
En pleno barrio de Santa Cruz, este es un bar de los de toda la vida. Barra de mármol, camareros rápidos y tapas escritas en la pared. Aquí el picoteo es puro arte costumbrista.
Casa Morales
Con sus enormes tinajas de vino y ambiente tradicional, Casa Morales es un emblema del tapeo sevillano. Ideal para probar chacinas, queso manchego y su famosa ensaladilla.